A propuesta de la European Office de Pax  Romana Icmica, surgió la iniciativa de participar en la 41ª Sesión del Consejo de Derechos Humano que se celebra en Geneve entre los días 24 de Junio y 14 de Julio de 2019. Se suma y coorganiza Dominicans for Justice and Peace

Disponemos de la colaboración de algunos antiguos miembros de Pax Romana, que fueron muy activos en su momento en la Subcomisión de DDHH, que hace unos años dio lugar al Consejo de Derechos Humanos, con una estructura y frecuencia algo distintos. Ello nos animó a   aprovechar  el Estatuto Consultivo  que Pax Romana posee en las NNUU. La idea de fondo surgió en el encuentro Europeo de Napoli, en que decidimos profundizar en el la problemática de las migraciones en Europa, aportando todos los grupos y Federaciones,   sus experiencias y propuestas de soluciones.

Animados por la decidida posición del Papa Francisco, favorable a políticas migratorias basadas en la fraternidad y los DDHH, y altamente preocupados por las recientes  Legislaciones de países mediterráneos, que reprimen las acciones humanitarias, amenazando con multas y castigos, incluso con penas de cárcel, a quienes ayuden a los inmigrantes  en peligro,   decidimos enfocar  el tema, mediante dos acciones simultáneas:

  1. a) Una exposición escrita en el marco del Tema 3 “ Promoción y protección de todos los derechos humanos Civiles, políticos, económicos, sociales y culturales”, que se difunde a todos los participantes del Consejo.
  2. b) Un “Side Event”, sesión abierta en una sala del Palacio de las Naciones, con dos testimonios de excepción, Oscar Camps (de la ONG Open Arms), SalifuFuseini (emigrante de Gana) y la asistencia del Relator especial Don Felipe González Morales.

La exposición escrita, que se adjunta en su versión completa, a este informe, pretende denunciar la políticas de la Unión Europea y más concretamente de determinados países, que se sienten legitimados para negar un trato humanitario a tantas persones que, víctimas de la guerra y la pobreza, se desplazan con medios precarios hacia la Europa, que perciben como  una tierra prometida, donde no solo creen hallaran medios de vida dignos, sino también conductas acordes con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El “side even” no pudo contar al final, con la presencia del Sr. Relator Especial sobre los derechos humanos de los inmigrantes, pues tuvo que excusarse al demorarse la sesión sobre migración que se celebraba en la gran sala, y que requería su presencia para responder a las preguntes de los representantes de Estados y ONG en relación a su informe, recientemente presentado.

Oscar Camps, activista y fundador de la ONG OPEN ARMS, expuso la situación y las características de los actuales emigrantes en el Mediterráneo, atrapados entre las mafias que los saquean abandonándolos a su suerte en el mar, en donde, con frecuencia, perecen. Rebatió las informaciones que se difunden respecto a que la mayoría de emigrantes proceden de África, ya que, en la actualidad solo representan una cuarta parte.

Criticó las políticas de la Unión Europea que ha dotado económicamente a países en los que no se respetan los DDHH, para reprimir la emigración, con el resultado de haberse encarecido los costes para los emigrantes, que siguen fluyendo hacia Europa.

Manifestó su esperanza en otros agentes favorables al derecho humanitario, entre los que resaltó una red de Ciudades Europeas que desarrollan programas de acogimiento y apoyo a las ONG, que, como es el caso de Open Arms, rescatan a persones en grave peligro de perecer en el mar.

Terminó afirmando que la defensa de los DDHH en los países tradicionalmente democráticos, constituye una lucha ineludible, pues la supervivencia de aquellos, se ve progresivamente amenazada por el auge de políticas insolidarias. Calificó esa lucha como una auténtica tercera guerra mundial, que no se libra en campos de batalla concretos sino en el interior de las Instituciones  democráticas y en las sociedades que llamamos avanzadas.

Salifu Fusseini, ciudadano de Gana,  relató su largo viaje en busca de una vida digna. Fue víctima de los traficantes en Siria y estuvo a punto de ser lanzado al mar cuando se hallaba cerca de Malta. Se le ofreció su salvamento a cambio de permanecer en la cárcel durante un año, por parte de las patrulles de vigilancia de aquél país,  lo cual rechazó, al igual que los que viajaban en la patera, en un estado deplorable por la falta de alimentos y de agua. Finalmente alcanzaron la costa italiana en Lampedusa, donde recibieron la ayuda y solidaridad de sus habitantes. Ello ocurrió hace doce años. Ahora, tal vez, ya no sería posible.

A las privaciones de su travesía por los desiertos de Niger y LIbia y, finalmente, en una precaria embarcación en el Mediterráneo,  añadió un sufrimiento profundo al constatar que los DDHH no eran una realidad en la idealizada Europa.

Durante el debate que siguió, Eric Sottas, planteó la necesidad de que las ONG actúen dentro del Consejo de Derechos Humanos, formulando denuncias por las violaciones de derechos  humanos que perciban en sus países, en especial las nuevas formas, como son la manipulación del derecho en los estados de tradición democrática y en los países en guerra permanente. Invitó a profundizar en los mecanismos que las NNUU nos ofrece, para formular quejas e interpelaciones respecto a temas concretos que lleguen a nuestro conocimiento. Su visión no es pesimista, ya que considera que aún existen muchos Estados sensibles y dispuestos a actuar.

Mike Deep (Dominicanos) llamó la atención sobre el creciente conflicto entre derechos que se observa en la actualidad. El papel de las clases medias, principales receptores de las ofensivas populistas y temerosas de que la inmigración altere su estabilidad económica. A su entender las ONG ,  deben llevar adelante acciones decididas en  defensa de los DDHH, pues, nuestra inactividad podría  dejar  vía libre a la reversión de los Derechos Humanos, que, al menos en Europa,  creíamos consolidados.