Elementos sobre la actual coyuntura eclesial
Buena parte de los que hoy escriben sobre lo que estamos viviendo en la Iglesia católico-romana desde la renuncia de Benedicto XVI y en especial a partir de la elección de Francisco, aclaran que todavía es temprano para hacer análisis más o menos asentados. Hay que esperar y ver, dicen muchos, porque por el momento tenemos solo gestos significativos, desacostumbrados en el papado, pero no mucho más, no cosas de fondo. Discutible, como trataré de hacer ver en estas páginas que tienen, como es evidente, un carácter de borrador y de provocación para una reflexión compartida que pueda llevarnos a una comprensión lo más justa posible del momento que vivimos y las perspectivas que se estarían abriendo.

 

He tratado de leer, escuchar y ver la mayor cantidad de materiales sobre este tema desde que me pidieron este servicio para la reflexión de Amerindia. Además de varias cosas que plantearé en el cuerpo del texto, quiero hacer una advertencia preliminar porque hay algo que me parece condicionar de modo bastante decisivo las diversas miradas sobre el proceso que vivimos. Se trata de las ideas, análisis, reclamos, convertidos luego en expectativas, programas y exigencias sobre lo que hay que reformar en la Iglesia. Y por tanto, lo que esperamos o pensamos que debe hacer Francisco, incluyendo las maneras y los tiempos. En definitiva el desde dónde elaboramos nuestro juicio.