Se trata de una presentación histórica y vivencial de una serie de Iglesias cristianas que han nacido y crecido —y florecido— en lo que llamamos Oriente Próximo hace casi dos mil años. Aparte de la fundación apostólica de las grandes sedes cristianas del Mediterráneo, en especial Alejandría, Antioquía y Roma, cabe observar que al inicio del siglo II ya hay cristianos en Tierra Santa, Siria y Egipto, que en el mismo siglo II ya hay una Biblia traducida al siriaco1 y que en Egipto ya hay una floreciente Iglesia griega y copta.

Se trata de presentar una situación dramática de sufrimiento, persecución, destrucción, muerte. Una situación en la que mucha gente (no sólo los periodistas que hemos visto en imágenes dramáticas por internet) sufre y desde hace mucho tiempo muere: hombres, mujeres, niños… Un situación en la que un patrimonio literario, artístico y cultural que está ahí desde hace casi dos mil años, es sistemáticamente destruido.

P. Manuel NIN