Las entidades abajo-firmantes nos dirigimos a la Secretaría de las Naciones Unidas y a todos los jefes de estado de los países miembros para hacerles llegar nuestra extrema preocupación y nuestra condena ante las graves y crecientes violaciones del derecho humano a la libertad religiosa y de conciencia que tienen lugar en un gran número de Estados miembros.

Nos referimos a la persecución de personas que por sus creencias y convicciones religiosas son víctimas de acciones represivas, son encarceladas, amenazadas, sancionadas, lesionadas, reducidas en campos de trabajo, expulsadas de su país o asesinadas.

Nos referimos también a todas las políticas, leyes y decisiones judiciales o administrativas y a los diferentes actos realizados por individuos o grupos que suponen una inaceptable discriminación por razones religiosas o introducen barreras injustificadas al libre y pleno ejercicio de la libertad religiosa y de conciencia, que incluye el derecho a cambiar de religión o creencia y a la libertad, individual o colectivamente, en público o en privado, para manifestar su religión o creencia en la enseñanza, en la práctica, en el culto y la en la observancia.

Prácticamente han sido conculcados todos los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los derechos humanos y en los Pactos y Tratados internacionales de Derechos humanos firmados bajo los auspicios de las Naciones Unidas. 

Los gobiernos de los países donde se han producido y se producen cada día, son responsables de tales acciones ya sea por una acción directa a través de sus decisiones, legislaciones y políticas o por omisión de su deber de protección de los derechos humanos.

Este manifiesto quiere suscitar un rechazo público en el seno de las Naciones Unidas y, en consecuencia quiere promover una reacción de la Comunidad internacional sobre esta grave situación, a fin de que se impulsen urgentemente los mecanismos y las medidas adecuadas para detener y prevenir estos intentos abominables de exterminio, las agresiones y las discriminaciones.

Sin una acción enérgica, continuarán, como es el caso hasta el día de hoy, de nuevas actuaciones criminales y de nuevos actos de discriminación y tememos que se vayan extendiendo por contagio a otros países.

 Aquí expresamos nuestra solidaridad con las víctimas, a la vez que invocamos la protección que como ciudadanos de los Estados miembros de las Naciones Unidas esperamos.  Barcelona el 19 de enero de 2019

Acció dels Cristians per l’Abolició de la Tortura

Moviment de Professionals Catòlics (MIIC-Pax Romana)

Centre Ecumènic de Catalunya

Justícia i Pau